Revista MiBiCi 20 febrero, 2021
Reto Policarpa 2020

Viene de la pág 12, Ed. 27

Para el grupo fue una experiencia muy linda, y creo que algunas de las chicas que no pudieron llevar algún familiar a la actividad sintieron ese amor, esa participación, la unión de las demás personas que estuvieron presentes, adicional a eso, al generar una red de apoyo, si todas lo construimos como proyecto, es igual de importante vincularlos a ellos y hacerlos partícipes del mismo. Al sentir que son parte del reto, esto hizo que su interés y apoyo hacia todas nosotras fuera aún mayor, y esto se notó en el amor que nos brindaron al acompañarnos en el foro. 

En cuanto a la reacción de la gente, un ejemplo por mencionar, hubo grupos que estaban listos con antelación para recibirnos, con un apoyo incondicional, con una energía total, y eso nos demostró una vez más, esas ganas, esa pasión, ese vínculo por el mundo bici, el respeto que vimos, que nos lo demostraron y que además lo dieron a conocer, por las capacidades de todas nosotras por lograr cada trayecto, en fin… nos dimos cuenta que se motivan, y para nosotras, esto nos indicó que ya somos un referente para los nuevos grupos y para los ya creados, que toman como ejemplo las rutas que se pueden hacer gracias a nuestros retos nacionales. 

Algo muy lindo por destacar, fue el recibimiento de las chicas en San Gil (Guerreras Bike), organizaron un evento, donde movieron cielo y tierra, donde fuimos recibidas por el Alcalde, el Concejal, en un acto que para nosotras nos dejó sin palabras, nos dieron medallas representativas, eso nos dio a entender que estamos dejando huella y estamos creando una red de apoyo a nivel nacional y bueno, cuando ellas decidan hacer el mismo reto pero San Gil – Bogotá, nosotras seremos quienes las estaremos esperando con los brazos abiertos. Nos respondió Andrea León.

Durante nuestra charla les preguntamos, ¿Quién era la más dinámica o con mayor experiencia en cuestión de solución de impases, pinchazos, mecánica y demás cositas varias en estos casos?

 

Hubo un ángel que salvó varias vidas por así decirlo, nos describieron las chicas, y se refieren a Ángela Restrepo, la fundadora, –sonrisas del grupo–, ya que durante el recorrido hubo pinchazos y hasta una cadena rota.

 

El impase de la cadena le sucedió a Ana, siendo su primera experiencia en una travesía como esta, para ella fue como decir, “hasta aquí llegué”, cuándo se le averió la cadena, ja, ja, ja, podría decir que ese sería el más importante suceso en cuestión con las bicis mecánicamente, además de los pinchazos que no puede faltar.

 

Destaco esta experiencia, porque esto pasó durante el recorrido, en plena vía, y nunca nos había pasado en los retos anteriores, pero esto no es ni fue obstáculo, ya que todas conocíamos nuestras bicis, sabíamos despinchar, conocemos las partes de ella. Es por eso que nuestro grupo es tan fuerte y seguro, ya que, si alguna le daba un poco de temor al momento de despinchar por pellizcos o cosas así, nos ayudábamos entre todas e informábamos a las demás que estaban rodando, para que nos detuviéramos sí o sí, y no alejarnos demasiado mientras concluíamos con el arreglo de la bici pinchada para poder continuar. 

 

También en alguna ocasión nos preguntaron si viajábamos con mecánico, además del carro escoba, y nosotras respondíamos que no, ya que nosotras enfrentábamos cada situación que se nos viniera por delante, es por ello que perderle el miedo ante estos contratiempos nos hace más fuertes, “nosotras éramos durante todo el recorrido mecánicas de nuestras propias bicis” Ja, ja, ja.

 

A pesar que yo no soy experta en mecánica de bicis, –nos dice Ángela–, pero sí conozco lo básico y lo más importante, creo que por ello tengo la agilidad de poder tomar alguna decisión y solucionarla, es de ahí creo, “que a la primera que por decirlo de alguna manera me buscaban era a mí” ja, ja, ja, –dice Ángela entre sonrisas– al explicar lo ocurrido con Ana.

 

Después de arreglar la cadena, le digo a Ana que probara su bici “y al ver su cara rodando de nuevo, era como si le hubieran puesto unas alas para volar de nuevo al ver que todo había quedado perfecto”. 

 

Fue una felicidad para ella, y además durante el arreglo, Ana aprendió sobre ello y cómo poder solucionarlo en un futuro, por tal razón, es toda una ganancia, igual siempre nos asistíamos unas a otras ya que todas somos lideresas y no nos dejamos vencer. Fue la respuesta de Ángela.

¿Cómo rodaron? ¿Juntas siempre? ¿Se esperaban unas a otras por si alguna se quedaba atrás? la respuesta fue la siguiente.

Bueno, esto también ha sido todo un aprendizaje, ya que, haciendo una cierta cantidad de kilómetros al día que teníamos ya previsto, nosotras planeamos la ruta, la altimetría, cuándo vamos a parar, a qué lugares vamos a llegar, entonces esto hace que debamos mantener un ritmo para poder llegar a nuestro siguiente destino. Es por eso que decidimos dividirnos en grupos donde las chicas que tienen un andar y cadencia más alta era uno, luego el intermedio y quienes tenían un ritmo y cadencia más moderada en otro grupo. Por esta razón, el grupo con mayor experiencia salían un poco más tarde, para así poder llegar a nuestro objetivo prácticamente todas juntas.

Igualmente, nos rotábamos para halar a las que estaban un poco atrás, al encontrarnos con ellas, les brindábamos apoyo, ánimo, les decíamos que se retaran más, a que se exigieran un poco más, con el fin de que mejoraran su cadencia y así motivarlas a que somos capaces y que su desempeño sea cada vez mejor. 

Todo es una labor conjunta y muy enriquecedora. Aclaro, que todas no somos deportistas, y menos de (fondo), algunas somos cicloviajeras y otras de un nivel de alto rendimiento. Es por esto que la motivación entre todas y retar nuestros propios límites, y al ver que los superamos es algo increíble, y más aún, a las chicas que son cicloviajeras, es para ellas un orgullo y felicidad cada esfuerzo y meta superada. Nos explicó, Diana Sotelo.

¿Cuál chica era la que motivaba y hacía el ambiente en la rodada? 

Definitivamente las más divertidas, alegres y recocheras (divertidas) son Diana Sotelo y Tania Sandoval, ellas siempre hacían la fiesta y el chiste, el apodo, en realidad ellas tenían el apunte para hacer más divertido el viaje, ambas con su ambiente nos alegraban y aportaban ese punto divertido frente al cansancio o, a los deberes del día a día, siempre nos alegraron con sus ocurrencias, y bueno, las más serias somos Ana y yo, je, je, je. Fue la respuesta de Marian Barreto.

Una inquietud que todo el mundo se hace, es ¿Qué comían durante el recorrido, cuánta agua o bebidas energizantes consumían y que realmente excluirían del equipaje en el próximo reto?

Bueno en cuestión de alimentación desayunábamos muy bien y nos preparábamos unos sandwiches para el camino, en cuestión de líquido cada una de nosotras llevábamos 4 caramañolas (bidones para líquidos) estos los llenábamos con agua, sales hidratantes, y también, tomábamos los productos energizantes de uno de nuestros patrocinadores, los cuales nos ayudaron muchísimo para nuestros ascensos.

Y que excluiríamos, bueno creemos que menos ropa 2 o 3 uniformes máximo, ja, ja, ja, ya que al lavarlos se demoran en secar, y varias de nosotras realmente nos dimos cuenta que cargar con muchas cositas no es necesario ja, ja, ja, uno de mujer carga con demasiadas cosas, es mi opinión y debemos rodar con lo necesario. Nos contó Laura Ramírez entre risas.

La siguiente pregunta se la realizamos a Alcira Mendoza, quién es la mayor del grupo. ¿Hace cuánto utilizas la bici, y cómo ves la evolución de las chicas montando bici?

Hace muchos años, pero en forma hace tres años desde que pertenezco a Curvas en Bici, y con ellas fue donde empecé a viajar lejos, pero antes realizaba viajes cortos porque me encanta pedalear y conocer nuevos lugares, como ejemplo los llanos, y aquí en Bogotá.

En cuanto a la última pregunta… ¡Uff, Súper!, para mí es una satisfacción ver que muchas mujeres se estén animando, por ejemplo, mi amiga Alexandra, me gustaría que ella siga los pasos y que vincule a más chicas a ser cicloviajeras. Las invito a que se animen a conocer nuestro país en bici, por las ciudades que conoces, los paisajes, el mundo en bici es mejor porque se goza, en fin, muchas cosas se aprenden al viajar en bici.

Además, la evolución la veo en que ya no es como antes, tiempo atrás nos daba miedo salir, ahora, las veo enfrentándose a su entorno, tomando retos, empoderándose de sus bicis y de ellas mismas, eso es muy bonito porque da a entender que nosotras también podemos. Nos compartió Alcira.

Ya para ir cerrando, les preguntamos al grupo, ¿Cuál fue o fueron un par de anécdotas que más recuerdan durante este reto a Bucaramanga?

Hubo muchísimas, pero esto fue algo que nunca nos había pasado en nuestros viajes y tuvo que ver con los uniformes. Todos están personalizados, y en la mayoría de hoteles donde íbamos, contábamos con el servicio de lavandería y todo funcionaba bien, pero, en uno de estos hoteles, llegamos dejamos nuestros equipos y salimos a conocer, fue uno de los momentos y de los lugares en los cuales nos divertimos más, visitamos el Salto del Mico, llegamos temprano a Barichara, conocimos el pueblo, mejor dicho, estábamos increíble y conociendo sus paisajes. 

Luego, después de toda esta actividad que hicimos en ese lugar, al llegar al hospedaje, estábamos un poco preocupadas porque teníamos uniformes sin lavar para poderlos utilizar en los siguientes días. Entonces, fuimos con los encargados para que nos ayudaran con el lavado de la ropa, fuimos muy enfáticas que tuvieran el cuidado de no mezclar la ropa de todas nosotras, ya que, era difícil diferenciar luego a quien le pertenecía cada prenda, y lo ideal para nosotras era, que las prendas estuvieran separadas por los grupos correspondientes.

Después de ir a descansar, nadar en la piscina, divertirnos, y hacia las 6 de la tarde nos preguntamos, ¿Y bueno, que habrá pasado con la ropa?, nos hicimos esa pregunta, pero, igualmente no le prestamos mucha atención, la dejamos pasar por lo bien que la estábamos pasando. Salimos a visitar y conocer el pueblo, en fin. 

Al llegar, nos acordamos de la ropa y pasamos a preguntar por ella y pensábamos que nos la iban a entregar como les indicamos, primero las prendas secas, dos en el orden de los grupos, y tres, ya lista para guardar. 

Tal fue nuestra sorpresa, que nos entregaron la ropa en bolsas gigantes, ja, ja, ja, la ropa estaba húmeda, mezclada, y todas nosotras quedamos en ¡Shock!, ja, ja, ja, al ver tal desorden… No sabíamos si reír, llorar, y entre todas revisando y preguntando cada vez que sacábamos una media un jersey en fin… ¡fue una locura total! y todas quedamos con esa incertidumbre, que después de haber pasado un día genial, se terminara de esa manera. Nos relató Ángela. 

Y como última anécdota triste y un poco lamentable para una de las participantes, fue un accidente que pasó en la ruta, subiendo el alto de Tierra Negra el primer alto en su recorrido, aquí el relato.

Estábamos un poco separadas unas de las otras, y el carro escoba estaba en la parte de atrás, yo iba en el grupo de la mitad, voy con mis pies agarrados a los pedales, y venían tres carros atrás de mí, un carro normal, una camioneta y uno que venía detrás de la van, pues este intenta adelantar, la van indica que no adelante el otro auto igual, y el conductor de este vehículo lo que hizo fue adelantar y venirse encima de mí prácticamente, y bueno yo con los pedales pegados a los pies no tuve en ese momento la velocidad para soltarme, y gracias a esto me hizo caer en la carretera. 

Lo más doloroso de pronto no es tanto la caída como tal, porque por fortuna fue el susto, la sorpresa, un golpe fuerte más el raspón y que no pasó a mayores, “pero lo triste de todo, es que el vehículo continuó, no le importó nada”, ni se detuvo a ver que me había sucedido, y aún más triste es que igual no les importó a los otros vehículos que estaban atrás que solo me vieron en el suelo y siguieron su camino. 

Es muy lamentable y triste ver esa indiferencia ante un caso así, y por esta caída me perdí de un tramo que deseaba hacer, y me tocó por más que yo quería seguir, la rodilla me dijo que no ja, ja, ja, así que por más deseos de continuar el carro escoba fue mi transporte en este tramo. Nos contó Carolina Rodríguez, (Daca).

Finalmente, queremos felicitar de parte de nuestro grupo de trabajo a todas las participantes, que siguen logrando las metas que se proponen, son un grupo de mujeres con mucho empuje y ejemplo a seguir, creemos firmemente que la persona que se anima a subirse a una bici le cambia la vida en algún aspecto como a todas ustedes. 

Es por ello que te invitamos a ti como lector de buenas historias, a que las sigas, compartas esta nota y además, para que conozcan más sobre ellas. Y ya que llegaste hasta aquí, el final de esta entrevista, déjanos un comentario de cómo te pareció, e igualmente y lo más importante es que les dejes a ellas en sus redes un post, de porque creen que su labor es algo que se debe replicar aquí en Colombia y el mundo.

“Chicas, el mundo les quedará pequeño con tanto ímpetu y ganas de llegar hasta los lugares más fantásticos que nos ofrece nuestro país, y sabemos que muy pronto empezarán a conocer el mundo de la misma manera, sobre una Bici”. ÉXITOS EN SUS PROYECTOS.

Editorial 

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